Translate

martes, 19 de noviembre de 2013

La Ciudad Prohibida

Dentro de que la novela histórica nunca me ha apasionado, Anchee Min logró cautivarme con su relato acerca de ese majestuoso mundo desaparecido y llevarme consigo a la Ciudad Prohibida de finales del siglo XIX.

El libro narra la historia de la última emperatriz de China, conocida y recordada en su país por ser una mujer codiciosa y una asesina sin escrúpulos. Anchee Min en cambio, nos muestra su lado más humano estableciendo un perfecto equilibrio entre seducción y sentimientos y trasladándonos a una Pekín envuelta en un torbellino de ambiciones europeas e impotencia política donde una joven de diecisiete años lucha por sobrevivir y hacerse un hueco en un entramado de poder, lujos y belleza.

"La Ciudad Prohibida" comienza en un momento en que las dinastía Qing está dando sus últimos coletazos de vida, pero aún conserva todo su esplendor. Por aquel entonces Orquídea, una bella joven perteneciente a una familia aristocrática venida a menos, decide cambiar el rumbo de su historia y escapar de un matrimonio concertado, para optar a ser una de las concubinas del emperador. Orquídea consigue con su talento, entrar en la ciudad prohibida, llegar a convertirse en una maestra de la seducción y triunfar sobre sus rivales ganándose la predilección de Hsin Feng. Todo ello para obtener el poder sobre un país que se está desmoronando y que sólo la concede el no despreciable premio, de ser la última emperatriz de China.

Es fascinante ver la humanidad de este personaje histórico y ver la continua lucha interna que mantiene, producida por los celos que se derivan de compartir a su amado. Ver como comienza la historia enamorada de un emperador, que lejos de la deidad que se le presupone, muestra claros síntomas de desapego emocional y de haber sufrido los desplantes de una madre que lo crió sin amor. 
Anchee Min no sólo hace de Orquídea un personaje cercano, al que llegas a querer y admirar por su tesitura y aguante, sino que también humaniza al mismo Hsin Feng, a quien se describe como un hombre inseguro, orgulloso y depresivo, cuyos constantes cambios de humor son soportados por toda la corte china y que acostumbrado a imponer su voluntad, hace y deshace a su antojo.

Me encantó la fuerza del personaje de la emperatriz y entiendo que se la tildara posteriormente de codiciosa y asesina. Aunque también es verdad que leyendo esta historia de recelos, envidias, trampas e intrigas atrapadas tras esas murallas de la Ciudad Prohibída, aprendí a admirar su coraje, pasión y arrojo para conseguir cada uno de sus propósitos sin que se interpusiera nada en su camino, primero para conseguir el favor del emperador y posteriormente para lograr el ascenso de su único hijo. 

Tras todo ésto poco queda por decir. Sólamente que no me importaría aprender ese famoso baile de los abanicos y que es una novela cautivadora, absorbente e inolvidable que definitivamente recomiendo. 

PUNTUACIÓN: