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miércoles, 12 de junio de 2013

El Exorcista

Antes de comenzar a escribir la entrada sobre "El Exorcista", he de decir que documentandome un poco por Internet sobre el autor e intentando averiguar cosas sobre la novela (como que Blatty se basó en un hecho sucedido realmente), he revivido aquellos momentos de agonía de la trama. Y con revivido quiero decir, literalmente revivido. Se me ha puesto un mal cuerpo increíble, sólo recordando lo que me hizo pasar la lectura de esta novela.
"La crítica entonces será mala" - pensaréis ahora vosotros... pues definitivamente no. Ésta es la novela de terror que más me ha hecho temblar y más me ha conmocionado de todas las que he leído en mi vida. Sin lugar a dudas si aún a día de hoy es capaz de hacerme escribir esta entrada con temblores en las manos y un nudo en el estómago, es porque está MUY MUY bien redactada. 

Comencé este libro cuando tenía unos 15 años, simplemente porque se encontraba en una de las estanterías de mi casa acompañando a otros. Había escuchado que existía una película y oído de su fama en la gran pantalla. Así pues me motivé a leer primero la novela, antes de visionar el filme(manía típica en mí... por eso de que en general, me merecen mayor estima las historias escritas, aún cuando luego al ver la película suelo defraudarme).

Primer error o acierto, según se mire, que hizo que viviera el libro con muchísima más intensidad: mi costumbre de leer antes de dormir. Esto propició noches de vigilia, en las cuales no lograba conciliar el sueño. Noches que realmente sentía pavor al cerrar los ojos porque no paraba de visualizar a la pequeña Regan hablando con y por su demonio interior. He de reconocer que yo no es que sea una persona que aguante bien el miedo... así pues quizás no es muy meritorio lo que causó en mí esta novela. Pero en serio que me infundió un miedo tan grande, que a día de hoy, casi 20 años después, no he visto la película ni tengo la menor gana de verla, simplemente por temor a que despierte en mí ese pavor que me causó el libro. Os aseguro que la famosa escena que dicen más impactó de la película (la cabeza de Regan girando) no es nada en comparación con otros momentos más terroríficos, meticulosamente descritos.

Así como la película he leído que se centra en el exorcismo, el libro realmente está más orientado al miedo psicológico y al suspense. Se fragua en torno a un asesinato y a averiguar cómo y por qué ha sucedido, amén de hablar también de la pequeña Regan y su extraño comportamiento. Blatty presenta evidencia científica psiquiátrica, religiosa y criminal, para que el lector se forme su propia opinión. Pero todo la novela se basa en esa relación, en esa incertidumbre. En la pregunta de sí realmente es cierto lo que parece tan claro pero nadie quiere creer: que todo lo que allí está pasando, es obra del diablo  y que tanto posesión como asesinato están directamente relacionados.

Es curioso ver como los personajes se niegan a creer lo que el lector ve más que claro desde el primer momento: que Regan está poseída. Blatty utiliza una narrativa tan realista que hace que realmente el lector se implique en la historia y se de cuenta de lo que sucede antes que los mismos protagonistas. Personajes que se niegan a creer lo que sucede, justamente por la inverosimilitud que ésto conlleva y por todas las implicaciones que acarrea. Con un lenguaje crudo y directo, la novela mantiene constantemente un paralelo entre el bien y el mal.

No sólo la narración está lograda, también la transición de personajes está francamente impecable, bajo mi punto de vista. Esa madre artista que se encuentra en el mejor momento de su carrera y atea hasta la médula, que ante la posibilidad de salvar a su hija, salta por encima de sus principios y acude a lo que más rechaza: la Iglesia. Un cura entrañable, notable y sumamente inteligente, que lucha con sus conflictos internos de fe por la muerte de su querida madre, mientras intenta salvar el alma de esa dulce niña. Ese detective con un toque un poco humorístico, ¿por qué no?, que quiere desentrañar su crimen y buscar un culpable (preferiblemente de carne y hueso). Me encantaron. Todos y cada uno de ellos, en serio. Estupendamente descritos con un toque de personalidad claramente definido y de cuya evolución en el libro te hacen partícipe.

Como novela de terror y suspense, para mí no hay otra igual (si bien es cierto que mi inversión en el mundo del terror es más bien poca por, como ya he dicho, mi mieditis aguda y personalidad afectable). Y no es mucho más lo que puedo agregar, creo que ha quedado más que claro que recomiendo muchísimo esta historia, excepto para las personas más sensibles, que deberían abstenerse de su lectura.

PUNTUACIÓN:  

jueves, 6 de junio de 2013

La piel del tambor

Primeramente decir, que a esta obra llegué de una forma un tanto curiosa. Todo comenzó cuando un día en la biblioteca me dio por escoger uno de esos libros que todo el mundo ha leído pero del que yo ni había oído hablar "El club Dumas" de Arturo Pérez Reverte, cuyo libro fue mi primer contacto con este autor. Quedé encantada y emocionada con él (tanto libro como escritor). Haber leído este libro me hizo NECESITAR (en negrita y con mayúsculas porque realmente me creó una necesidad) leer uno de esos libros que llevaban pendientes en la recámara de mis  ejemplares por leer mucho tiempo, "Los tres Mosqueteros" de Alejandro Dumas. La obra me gustó bastante y quedé con ganas de más y fue entonces cuando decidí continuar leyendo otras creaciones de este controvertido autor. Echando un vistazo a su bibliografía leí una reseña de este libro que denotaba una diferencia significativa con el que acababa de leer (realmente el estilo de "El Club Dumas" y el de "La piel del tambor" se parecen tanto como un huevo a una castaña). Así pues, fue éste el elegido, un poco por mis enormes ganas de continuar leyendo a Pérez Reverte y el resto por la curiosidad causada con este cambio de tercio.

"La piel del tambor" igualmente me encandiló desde el principio. Una novela escrita al estilo del más puro folletín detectivesco. Cargada de personajes rocambolescos y curiosísimos, que dotan a la obra de un punto entre sorprendente y divertido. La historia se fragua entorno a Quart, un disciplinado sacerdote, mitad Sherlock Holmes mitad James Bond (incluido el porte galante y apuesto) muy recto con sus obligaciones, que investiga unas incursiones en los ordenadores del Vaticano por un pirata informático. En torno a él amenizan el libro personajes como la seductora aristócrata Macarena Bruner, la disparatadamente imposible vieja duquesa, no sé cuántas veces grande de España que es una experta en informática, o uno de mis personajes favoritos, el viejo tosco cascarrabias párroco de la iglesia Príamo Ferro, que está totalmente en contra del derrumbe de Nuestra Señora de las Lágrimas (su amada parroquia) y hará lo posible por impedirlo. En esta historia hasta el trío de malos malísimos es divertido. Este trío de delincuentes esperpénticos y entrañables, que intentan mantener viva la copla española y te hacen incluso, cogerles cariño. 

Sólo hay un pero que le pondría a esta obra. Y por desgracia es un PERO con mayúsculas. Su final. Un final inmerecido para la novela, que roza el absurdo. Señor Reverte, tan buenísima historia no merece para nada que forje su conclusión con una tan grave falta de orientación.

Aún así decir que verdaderamente es un libro que me apasionó. Su lectura es cautivadora y te atrapa desde el primer momento. Además de una historia buena, entretenida y con mucha aventura detectivesca, este ejemplar es un homenaje significativo a la ciudad de Sevilla. La describe magníficamente y hace que te apetezca una visita a esta cuna de la copla y el arte. 

Así pues la lectura de "La piel del tambor", dejando a un lado los disparates inverosímiles, está más que recomendada por mi parte.


PUNTUACIÓN: